PADAWAN

He sabido de muchos que han hecho comentarios nada favorables al enterarse que hace algunos años comencé a dar clases.
¿Saben una cosa?, el hecho de permanecer ahí, debe significar algo.
El hecho de haber mejorado yo misma tras tener que prepararme para diferentes asignaturas me ha significado un esfuerzo mayor al que nos imaginamos cuando estamos sentados escuchando al “profe”.
Definitivamente estar frente aun grupo no me ha sido nada fácil, sobre todo en mis primeras clases, quería llorar, quería salir corriendo, y sobre todo quería terminar mi clase rápido para que nadie me pudiera preguntar nada y de nuevo esconderme. Hoy me río completamente de la que era yo esas primeras veces frente aun grupo que se me antojaba para una película de drama español. Ya saben, película española = DRAMONÓN. Pues sí, mas allá de tener ese gusto, previo a iniciar, en el que busqué libros, recuerdo estar en Guadalajara haciendo fila en una de las librerías de X plaza comercial, cargando una cantidad de títulos que para ese momento, me parecía estar comprando una armadura. En serio, me sentía mucho mas segura, ya que así tendría como argumentar mi preparación y lo que pudiera llegar a decirles a mis nuevos educandos. (Vamos, yo diciendo “mis educandos”, que demonios, nadie me lo iba a creer). Pues bien. Esa armadura que compré, se convirtió en una indumentaria de vapor en cuanto entré por primera vez a un salón de clases directo a la mesa donde llega de forma muy seria por primera vez un catedrático, un profesor, un maestro, un facilitador de un tema.
Pues sí…. Llegué, me senté, aún no entraban todos los universitarios al salón de clases, por lo que me dispuse a esperar 3 minutos antes de cerrar la puerta. Revisé que llevara mis hojas, mi pluma, saqué y preparé aquella hoja en donde pediría anotaran sus nombres, escribiendo con mi puño la fecha, asignatura y el grupo, mi nerviosismo se hizo presente aun mas cuando vi la letra mas fea que habría hecho jamás. Pero que ridícula me sentí en ese momento. Debo de admitir que mi miedo crecía a medida de que los chicos iban entrando al salón de forma desordenada, comiendo chetos, otros masticando los odiosos chicles, y no falta el que lleva su bomba de azúcar enlatada que lleva por nombre “Arizona”. Seguía sin llenarse el grupo, cuando una chica que por cierto no pasó el cuatrimestre, de forma muy salsa le preguntó a otro de sus compañeros “ ¿Quién nos dará esta clase?, Ni ha llegado el profe”. Cuando un un destello en mi garganta me hizo abrir la boca y contesté de forma general a esa pregunta asegurándome que todo el presente me escuchara y dije “ Yo estoy asignada para impartirles la materia, mi nombre es Alicia Dolores Cruz Martin, soy licenciada en Comunicación y Medios, muy buenas noches”. Obviamente la cara de todos, definitivamente puedo escribir hojas completas describiéndoles cada una de las expresiones. En fin, sucedió así de forma similar con diferentes grupos a los cuales desconocía y viceversa. Hoy si hago un esfuerzo extra por levantarme mas temprano o trabajar mas horas después, son únicamente por que no he querido separarme de mis alumnos, unos mas flojos que otros, algunos otros individuos brillantes sin que se hayan dado cuenta, otros muchos talentosos con un aletargamiento impresionante, y algunos que han sabido aprovechar cada palabra que les comparto.
El a quien le he aprendido mucho hasta hoy, nunca fue profesor dentro de un aula, sin embargo me ha enseñado otras tantas cosas que he sabido aplicar, alguien que me brindó la oportunidad de hacer algo diferente a televisión mientras estaba estudiando, y todo gracias a un cuento que escribí y le compartí, alguien que me invitó a editar el catálogo del último festival de cortometrajes que se celebró y organizó el mismo personal con el que tuve contacto mucho tiempo en mi alma mater, la Universidad Autónoma de Nayarit, fue el señor, el maestro, mi sensei Carlos Organista quien me dio la oportunidad de editar el catálogo del Festival Mantarraya 4ta. Y última edición en el año 2009, por cierto, como olvidar que un sábado por la noche tuve que llamarle como una perfecta psicópata, mas de 20 llamadas hasta que me contestó, y es que había olvidado por completo que en ese momento el disfrutaba del último concierto que Gustavo Cerati brindó en Guadalajara, recuerdo las palabras de Organista “cooper, espero que tengas un muy buen pretexto para haberme sacado del concierto de Cerati, simple, morí de vergüenza y todo por que el de la imprenta no había previsto diferentes factores que no estaban funcionando con el diseño y la paleta de colores que trabajó  otro buen maestro, y no hablo de un maestro de mi carrera, hablo de un excelente diseñador, catálogo el cual  estructuramos en conjunto y que me ha transmitido conocimientos que me han permitido manejarlos y brindarlos de igual forma a mis alumnos pasados y actuales, hablo ahora de Román Alegría, recuerdo que tuvo que explicarme en persona algo que no es tan complejo pero que en ese momento tontamente no entendía, como estaba compaginando y la importancia de entregarle los documentos a tiempo para que pudiera darles la identidad que requería para integrarla al catálogo. Toda una experiencia.

Regresando al toral de esta publicación, sin duda he tenido un camino impresionante que me ha dejado una experiencia que no cambiaría por nada.
Después de haber pasado por diferentes grupos, ver toda una generación graduarse, reprobar a muchos otros que lo merecían, y ayudar a algunos otros que se lo habían ganado bajo mi juicio. Cada uno de ellos podrá tener una opinión muy particular, incluso aquellos que se han mostrado de forma sobrada y soberbia con la actitud de “y tu que me vas a enseñar a mi”. Algunas otras que ya han egresado, las cuales me causaron dolores de cabeza en un principio pero que ahora a cada una las adoro. Una con las piernas arriba del pupitre, otra cantando, otra que para todo preguntaba ¿por qué? Como un niño de 4 años, otra que me criticó por “empujar, y no jalar una puerta con semejante letrero”, otra que se dormía, y la otra que para todo opinaba. Infinidad de perfiles me ha tocado conocer, y muchos de ellos con los que he tenido buena química.
He procurado prepararme para estar a la altura de los que hoy están atentos a lo que les brindamos. Se que me queda mucho por aprender, y si algo estoy segura es que mientras tenga oportunidad de seguir siendo facilitadora de un tema, pues no tengo las agallas aún de llamarme a mi misma “maestra”, ahí estaré gustosa.

Al pasar de las asignaturas las cuales unas me gustan mas que otras, algo que siempre les digo y que le aprendí a ese colega al que saqué del concierto de Cerati. “Herramientas no es igual a talento”. 

Y Como los girasoles, veo hacia donde el sol, procuro buscar el mejor lado de las cosas, con la oportunidad de cambiar de opinión cuando yo misma lo decida en caso de ser necesario, de nueva cuenta con los tennis bien puestos, pobres, no los suelto.



autor técnico de las fotografías, uno de mis alumnos mas barberos que he tenido en mis pocos años de profe, Aarón Yavé, este mensaje es para ti  --> ponte las pilas o te vas directo a repetición "junto con un bonche de chicles de talpa."

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