HOLA TREINTAYCUATRO + PERDIENDO LA CUENTA


es cuando súbitamente surge esa sensación de un inquietante deseo por un gran sorbo…
Ahora si dame CUE!!!!


Hola treintaYcuatro. Y perdiendo la cuenta.
Una cifra que si bien nadie menor  a ella tiene la certeza de que de verdad llegará a tentar. Nadie conoce el momento exacto del inminente deceso de la humanidad, en donde el planeta tierra se detenga y salgamos todos disparados un poco mas lento que la velocidad de la luz, en un grito desesperado al unísono coreando “no pertenezco aquí”…
No, no me acabo de fumar nada raro mas que un pitillo de tabaco, amoniaco, arsénico, butano, cianuro, formaldehído, metano, cadmio, alquitrán y quien sabe que tantas cosas tiene.






A la fecha es cuando en diversas charlas con las personas mas cercanas a mi, me han permitido exponer mi perspectiva de lo que al día de hoy tiene que ver con cumplir treintaYcuatro. Cuatro años de experiencia en los treinta, nada mal. Definitivamente mi historia no se le parece mucho a la de millones, pero venga que si algo le hace especial a Lola es precisamente eso, experiencia a un nivel personal e  interpersonal, en donde he perdido la cuenta de las historias del modo al inicio de este post que me he creado en la mente, de los ocasos que afortunadamente he podido respirar y sentir, he perdido la cuenta de los pasos que he dado, mas no de los logros obtenidos, he perdido la cuenta de las veces que me he caído y he limpiado mis rodillas, no hablo en sentido figurado, de las veces que he abrazado o besado, de las rebanadas de pizza que me he comido, tampoco recuerdo cuantas veces he sentido una toalla recién salida de la secadora cuando acabo de bañarme, no tengo ni siquiera noción de las veces que he soltado un grito ahogado al esforzarme en un entrenamiento. No recuerdo cuantas groserías han salido de mi boca, y cuantas he frustrado, aunque usted no lo crea, de verdad, aunque usted no lo crea son más aquellas que he dejado frustradas girando como electrones desesperados dentro de mi cerebro, de mi estómago. Perdí la cuenta de las flores que he visto, de las personas que visto pasar frente a mis ojos, y de las tazas de café negro que he bebido. He perdido la cuenta de las veces que he salido corriendo por que llego tarde, he perdido la cuenta de cuantas veces he tenido que esperar innecesariamente, o de ls veces que he hojeado un libro, he perdido la cuenta de las fotos que he tomado, o de los trazos que he hecho en  un simple papel mientras hablo por teléfono, he perdido la cuenta de cuantas veces he perdido un encendedor, de las veces que he dicho hola, he perdido la cuenta de las veces que he olvidado algo importante, ni de las veces que he dicho si cuando es un no. Perdí la cuenta de las cervezas que ya me tomé.
No recuerdo ni por equivocación las veces que me me he equivocado, aha!.
Aun mas son las carcajadas que he soltado de eso estoy segura, como me encanta sentarme a reír hasta pedir que alguien detenga ese irónico dolor físico.
Esto de enlistar cosas me gusta, y a penas me estoy dando cuenta.


Corazón de fuego, con un fuerte deseo de continuar perdiendo la cuenta. Simplemente por que el disfrute de vivir aquí me sigue encantando, continuar a carcajada suelta, aprendizaje puro, deseos, sueños y mucho bueno sabor del espacio sin tiempo, aunque muchos días me encuentre peor que la llorona, o como Godzilla resucitado, en donde la humanidad se topa cara a cara con la furia de la hija de la radioactividad divina.  Así es Lola.
De verdad, deseo seguir perdiendo la cuenta, suspiro, y es cuando súbitamente surge esa sensación de un inquietante deseo por un gran sorbo de vida en sus diferentes presentaciones.

 Gracias Alberto Encarnación por las fotos que han reflejado diferentes expresiones, carcajadas, concentración, disfrute y descanso.

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